El conocimiento del pasado nos ofrece una comprensión más completa y acertada del presente. Por ello consideramos que para entender mejor el ser y hacer del Archivo Histórico Diocesano de San Sebastián tenemos que volver la vista atrás con una mirada que abarque no sólo estrictamente a este Archivo, sino también a la institución de la que brota: la Iglesia particular, hoy, llamada Diócesis de San Sebastián.
Las localidades que hoy conforman el Obispado de San Sebastián, que coincide geográficamente con el territorio histórico de Gipuzkoa, no siempre han pertenecido en su conjunto al mismo obispado. Ya desde la Edad Media y durante la Edad Moderna se encontraban distribuidas en tres diócesis o jurisdicciones episcopales distintas. Posteriormente, no fue hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando todas ellas pasaron a formar parte de una misma Diócesis adquiriendo, un siglo después, la configuración que se mantiene hasta nuestros días.
Esta Diócesis se componía, hacia el siglo X, de las parroquias francesas de Lapurdi y de parte de las de Baja Navarra así como de las del Valle del Baztán y de la comarca de las Cinco Villas de la Montaña Navarra y algunas guipuzcoanas, que se correspondían con el denominado Arciprestazgo Menor de Guipúzcoa o también llamado Arciprestazgo de Fuenterrabía. Las parroquias de este Arciprestazgo no estuvieron ininterrumpidamente bajo la tutela del Obispo de Bayona, ya que hubo un corto período -1526 a 1532- durante el cual pasaron a la jurisdicción eclesiástica de Pamplona.
Años después, en 1567, y mediante una bula otorgada por el papa Pío V (30/IV/1566), las localidades que formaban el Arciprestazgo Menor o de Fuenterrabía fueron integradas en la Diócesis de Pamplona.
Existente ya en el siglo X, absorbió en 1087 a la antigua Diócesis de Álava con lo que adquirió una extensión considerable, comprendiendo casi toda La Rioja, Bizkaia, Álava, parte de Burgos y Soria, la zona de Viana y sus aldeas (en Navarra) y el Valle del Deba (en Gipuzkoa).
Concretamente en el territorio guipuzcoano las comunidades parroquiales que conformaron esta Diócesis fueron, en orden alfabético, éstas: Antzuola -junto con la parroquia del barrio de Uzarraga-, Aretxabaleta -junto con las de sus barrios de Aozaratza, Areantza, Arkarazo, Galartza, Goroeta, Izurieta y Larrino-, Arrasae/Mondragon -junto con las de sus barrios de Bedoña, Garagartza, Gesalibar, Udala y Uribarri-, Bergara -con sus dos parroquias y las de los barrios de Angiozar y Elosua-, Eibar -con la del barrio de Aginaga-, Elgeta, Elgoibar -con la del barrio de Altzola-, Eskoriatza -con las de sus barrios de Apozaga, Bolibar, Gellao, Marin, Mazmela, Mendiola y Zarimuz-, las dos parroquias de Mendaro -Azpilgoeta y Garagartza-, la parroquia de Astigarribia -del municipio de Mutriku, esta última perteneciente a la Diócesis de Pamplona-, Leintz Gatzaga, Oñati, -con las parroquias de sus barrios de Urrexola y Araotz-, y por último, la parroquial de Soraluze/Placencia de las Armas.
En el siglo XI la Diócesis de Pamplona abarcaba parte de Navarra, las Cinco Villas de la Montaña Navarra y las localidades de la costa guipuzcoana, desde Donostia y Pasajes de San Pedro hasta Mutriku y las del interior de Gipuzkoa, excepto los municipios de Oñati y el valle del Deba. La mayoría de las parroquias guipuzcoanas formaban parte de esta Diócesis que se correspondía con el Arciprestazgo Mayor o de Guipúzcoa. A partir de 1567 se adscribieron a este obispado las parroquias del Arciprestazgo Menor de Guipúzcoa, desgajado del Obispado de Bayona.
Ya en época contemporánea, todas las localidades y parroquias guipuzcoanas, junto con las alavesas y vizcaínas, entraron a formar parte de la Diócesis de Vitoria, creada en 1862 a través de la bula In Celsissima (8/IX/1861) otorgada por el papa Pío IX. Las parroquias del territorio histórico de Gipuzkoa quedaron distribuidas en cuatro arciprestazgos: Azpeitia, Bergara, San Sebastián y Tolosa.
Se crea a partir de la bula Quo commodius (2/XI/1949), otorgada por el papa Pío XII y ejecutada por el Nuncio Apostólico el 1 de julio de 1950. Mediante esta bula se desmembraron de la Diócesis de Vitoria las parroquias tanto de Bizkaia como las de Gipuzkoa, creándose la Diócesis de Bilbao, por una parte, y la de San Sebastián por otra: nacía así nuestra Diócesis de San Sebastián, formada por todos los pueblos y valles del territorio de Gipuzkoa.
Desde su constitución, la Diócesis de San Sebastián ha sido gobernada por siete Obispos: D. Jaime Font y Andreu, D. Lorenzo Bereciartúa Balerdi, D. Jacinto Argaya Goicoechea, D. José María Setién Alberro, D. Juan María Uriarte Goiricelaya, D. José Ignacio Munilla Aguirre y, actualmente, D. Fernando Prado Ayuso; su población ha crecido de los 371.024 habitantes que tenía en 1950 a los aproximadamente 700.000 que cuenta en la actualidad.